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CLHORELLA
Publicada el 24.06.2015
CLHORELLA
Debido a la contaminación ambiental, la manipulación alimentaria y a la intoxicación por fármacos, nuestro organismo cada vez más necesita curas depurativas y protección ante los tóxicos, y en la chlorella encontramos un buen aliado para ese fin entre sus muchas propiedades.
La chlorella es un microalga superviviente en nuestro planeta y está catalogada como una de las formas de vida más primitivas. Desde los años 80 se ha convertido en el foco de muchas miradas científicas ya que es una de las sustancias más prometedoras en el campo de la salud.
Junto con el alga espirulina, la chlorella está considerado un superalimento, porque es un alimento no un medicamento, y contiene propiedades nutricionales y medicinales extraordinarias.
Su composición es principalmente proteica (60% aprox.); constituye una fuente extraordinaria de proteína vegetal y aminoácidos esenciales (que nuestro cuerpo utiliza para sintetizar proteínas propias), por lo que está muy indicada para estados carenciales, anemia, sobreesfuerzo o dietas vegetarianas, ya que es una fuente de proteínas y aminoácidos mucho mayor que la soja o la carne.
Además contiene una gran cantidad de vitaminas entre las que destacan la vitamina A, D, Ácido fólico (B9) y B12 y sales minerales entre los que podemos destacar el Hierro, el Fósforo, el Magnesio y el Potasio.
Chlorella y clorofila
Cabe destacar su extraordinario contenido en clorofila (la sustancia que absorbe la energía solar para realizar la fotosíntesis en las plantas), que le hace tener un color verde oscuro y un olor como a “hierba fresca”, a la vez que le otorga unas propiedades muy buenas para nuestro organismo. La clorofila, también muy presente en el alga espirulina, tiene una cierta similitud estructural con nuestra hemoglobina, (que otorga el color rojo a nuestra sangre, igual que la clorofila profiere el color verde a las plantas), y nos ayuda a retardar el envejecimiento celular, a prevenir el crecimiento de células cancerígenas o a reducir el nivel de colesterol mejorando la circulación sanguínea, pero sobre todo, nos ayuda a eliminar tóxicos y a depurar el organismo.
Chlorella y radiación
Tanto en la India como en la antigua Checoslovaquia durante los 90 se llevaron a cabo diferentes estudios entre los que destaca el llevado a cabo por el Instituto de Biofísica de la Academia Checoslovaca de Ciencias, que determinó que la chlorella tenía efectos positivos en organismos contaminados por radiación. Después de varios estudios posteriores se confirma que la chlorella no solo protege antes la irradiación sino que ayuda a desintoxicar el organismo de la radiación con un notable porcentaje de éxito, de hecho tanto la espirulina como la chlorella se utilizan en el tratamiento de las víctimas de Chernóbil, hoy niños que nacen sufriendo las consecuencias del terrible desastre radiactivo nuclear de 1986.
Propiedades de la chlorella
Hoy en día Japón también se ha convertido en un gran consumidor de polvo de chlorella que utilizan incluso para sazonar sus platos o preparar batidos con fines depurativos y antioxidantes, ya que con ello combaten los síntomas degenerativos del estrés.
Podemos resumir que la chlorella tiene muy buenas propiedades antioxidantes, ya que previene la degeneración celular de los tejidos, nutritivas como tratamiento de anemia, convalecencia o desgaste físico, ya que es un aporte muy rico de aminoácidos, proteínas, vitaminas y sales, pero sobre todo protege el sistema inmunológico y desintoxica el organismo.
La chlorella y los tóxicos metales pesados de nuestro organismo
Queremos destacar el efecto desintoxicante de esta maravillosa alga porque el resto de sus propiedades pueden encontrarse en otras tantas sustancias vegetales, pero la chlorella es la sustancia que mejor nos hace eliminar los residuos tóxicos, tanto es así, que después de un tratamiento con chlorella si realizamos un análisis de nuestras heces encontraremos gran cantidad de metales pesados y residuos tóxicos.
Como empezábamos este artículo, hoy en día nuestros organismos se encuentran altamente contaminados por los pesticidas y fertilizantes contaminantes utilizados en la agricultura para cultivar nuestros alimentos, también por los carburantes de los coches suspendidos en el aire que respiramos, por el tabaco, por el pescado o marisco de mares contaminados, por las vacunas y otros tantos medicamentos que llenan nuestro cuerpo de residuos muy difíciles de depurar. Nuestro hígado y riñones se encargan de filtrar todas esas sustancias tóxicas pero un exceso de estas agota nuestros órganos haciendo que decaiga su eficacia dañando seriamente nuestra salud lo que se puede manifestar con síntomas de todo tipo.
De todos los agentes tóxicos que nos rodean, los más peligrosos para nuestra salud son los metales pesados como el aluminio, plomo y mercurio, porque pueden causar lesiones graves en nuestro cerebro, sistema nervioso, inmunológico o endocrino. Los metales pesados se quedan almacenados en nuestro organismo que no es capaz de metabolizarlos y eliminarlos. Para ello tenemos que recurrir a sustancias muy depurativas o a un agente quelante (o quelador), como es el caso de la chlorella. Los queladores consiguen “atrapar” el metal para que después sea eliminado fácilmente por la orina y las heces.
Uno de los mejores queladores naturales es la clorofila, por eso las dietas vegetarianas ofrecen al cuerpo una mayor protección ante los tóxicos. El té verde, el mate, la alfalfa, el ajo, la soja (brotes), la manzana, el pimiento, las espinacas y el brócoli son alimento muy ricos en clorofila, aunque podemos afirmar que la chlorella es el mejor complemento desintoxicante, ya que también es el vegetal con más cantidad de clorofila, seguido por el alga espirulina.